lunes, 20 de agosto de 2012

Anhedonia (Capitulo 15)

Fasciculo nro. 15 de la novela que el Club publica cada semana.
y como siempre, con la banda de sonido seleccionada por su autor, Bernabé Ferreyra.

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 sección d

        las cinco de la mañana. caminábamos por la calle. con frío. me sentía muy mal. me sentía sucia y pobre. y con hambre. parecía una escena de esas películas de los años treinta, cuando no había trabajo y la gente dormía en la calle. periódicos volando por la calle llena de mugre. gente durmiendo en los bancos de la plaza, enfermedades. la sensación de que el abandono nos va a volver locos.

        había pensado que se la llevaban, que la atrapaban, pero ana salió antes para buscarme. al parecer la policía nos vio por las cámaras de seguridad, pero siempre llegan tarde.

       mientras caminaba me preguntó como conseguí las pastillas mientra jugueteaba con ellas con las manos llenas de mugre.

dije hice algo horrible.

¿qué hiciste?

tengo sueño.

     me miró cansada y un poco preocupada. no tanto.

     dije lo mordí.

     y después dije lo mordí. y vomité.

     no la miré, pero me acuerdo que tuve la sensación de que ana me miraba y proyectaba en mí cierta calidez maternal, algo que ahora sé que es verdaderamente improbable pero que en aquel momento me reconfortó un poco. me rodeó y sonrió. se sorbió la nariz y me dijo que teníamos que comer algo.

estas manos frías robaron pan y fueron condenadas de por vida. estas manos frías robaron frutas. estas manos frías. estas manos, estas.

no se me ocurría como conseguir plata. traté de hablarle de eso a ella pero cambiaba de tema. andaba deprimida. me dijo que la vida consiste en el funcionamiento del cuerpo. que es similar al funcionamiento de una televisión o una computadora o una licuadora. o sea que apreciar la vida es similar a decir ¡que bien funciona la tostadora! cuando dicen que la vida importa, ella ve en realidad a una maquina que dura una cantidad limitada de años y luego se la deshecha.

   miraba con los ojos en blanco al resto del mundo. yo estaba cansada porque hacía días que no dormía, y eso destroza mi comportamiento. es mucho mejor vivir dormida. así las ideas no se pierden. despierta no puedo hacer nada. despierta, los fantasmas no vienen. despierta me pierdo, hay mucho que hacer, y mi universo pequeño de cuentos mentirosos y traicioneros muestra sus dientes. sus colmillos no me dejan. mucho trabajo, mucho trabajo. pero no. los cuentos están hechos para cuando estoy dormida.

   recordé que cuando iba a la escuela me había enamorado de mi profesora y ella estaba enamorada de la poesía.
que tu cuerpo sea siempre

                                                        un amado espacio de revelaciones.

(continua la prox. semana)

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